Tuesday, January 27, 2009

La Cornucopia Calórica de Pedro Panza

Por Edwin Vázquez

Se acerca el año nuevo y con él las promesas de perder peso de la mitad de la población. La tasa de sobrepeso en Puerto Rico ronda el 65% de la población. De este, un 30% sufre de obesidad. Estamos así a la par con Estados Unidos en este nefasto indicador de salud. No sólo no nos vemos bien sino que la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares aumenta dramáticamente con esas libras o kilos de más.

Para entender lo que ha pasado basta con hacer un recuento de las calorías contenidas en algunos de los alimentos que consumimos. Pero antes hace falta una simple definición de lo que es una caloría: es la cantidad de calor necesaria para aumentar la temperatura de un gramo de agua por un grado centígrado. Poca cosa. Sin embargo, dado que la cantidad de energía calórica que empleamos día a día está en los millones, se emplea el término kilocaloría (mil calorías) para referirnos a nuestro consumo energético.

Desgraciadamente el término kilocaloría no pegó y fue sustituído por Caloría, con letra mayúscula, para distinguirlo de la caloría de la definición. Tremendo disparate semántico que trae enorme confusión. Esto es así porque cuando se dice que un alimento tiene X número de calorías en realidad se refieren a kilocalorias. O sea, la gaseosa que contiene 120 "calorías" en realidad contiene 120 kilocalorías o, lo que es lo mismo, 120,000 calorías. Hecha esa aclaración en el resto del escrito cuando uso el término caloría me refiero a kilocalorías.

Como ejemplo, se estima que un hombre activo de unos 30 años necesita unas 3,000 Calorías diarias. Una mujer de la misma edad necesitará unas 2,600.

Usaré un personaje ficticio, a quien llamaré Pedro Panza, y lo observaremos a lo largo de un día típico. Debido a su vida sedentaria, se supone que Pedro no consuma más de 2,500 Calorías por día. Él se levanta a las 5 a.m. y, preocupado por su dieta, no usa azúcar sino un edulcorante artificial como Splenda. Pedro se siente bien de tomar este paso revolucionario para rebajar. Lo que no sabe es que Splenda, al no ser un producto natural, es un agente tóxico potencial. Lo que tampoco sabe es que una cucharadita de azúcar sólo contiene 15 Calorías.

Pedro no tiene tiempo de prepararse su propio desayuno por lo que se dirige al McDonald's más cercano y se come un Big Breakfast que contiene 740 Calorías. A eso de las 10:00 am le ataca el hambre en la oficina, se dirige a la máquina de comida chatarra y compra una bolsita de papitas Frito Lay's con sabor Sour Cream and Onion. Añadió 240 Calorías a su dieta. Debido a que Pedro está preocupado por su sobre peso se tomó una Diet Coke. Una Coca Cola regular le habría añadido 140 Calorías más.

Llegó la hora de almuerzo y Pedro Panza, que debió llevar comida preparada de su casa y ahorrarse el dinero, se dirige a Burger King. Allí se come un Whopper regular (680 Calorías) y papas fritas pequeñas (250 Calorías). Regresa al trabajo y las 3:00 pm lo vuelve a atacar el hambre canina por lo que repite la dosis de Frito Lays (240 Calorías).

A las 7:00 pm Pedro Panza se sienta con la familia Panza a cenar (si es que se sientan a cenar) pollo frito de Kentucky Fried Chicken. La señora María Panza también trabaja por lo que ambos alegan que no tienen tiempo de cocinar. Tanto Pedro como María se comen una pechuga (400), una alita (140) y un muslo (250) con un biscuit (180) y papas majadas (120). Su hijo Mario, de 13 años, se come el Popcorn Chicken grande (660) y su hija Clara, de 16 años, un sándwich de pollo sin la salsa (360) con un "apple pie" (310). Ambos le añaden las papas fritas estilo "wedge" (280).

Son ya las 10:00 pm y Pedro Panza está viendo televisión. El hambre regresa y Pedro va a la cocina, abre la bolsa de Cheetos y se come el equivalente de 3 porciones (480).

Pedro Panza ha consumido 3,600 Calorías en un día típico. Eso le deja un superávit de 900 Calorías en un solo día por lo que a ese paso, acumulará 6,300 Calorías en una semana. Considerando que por cada 3,500 Calorías en exceso aumentamos una libra (aprox. medio kilo), Pedro Panza habrá aumentado 1.8 libras (0.8 kilos) por semana o siete libras (poco más de 3 kilos) en un mes.

Por supuesto que esta dieta fluctuará y algunos días Pedro consumirá menos y otros más. Pero el saldo neto es de superávit calórico y aumento de peso.

El escenario anterior puede ser un tanto exagerado. Aún así, si le reducimos 1,000 Calorías diarias (algo difícil si no se sigue una dieta) nos quedaremos con 2,600, 100 más de las que necesita diariamente. En ese caso, en un año habrá acumulado 10 libras (4.5 kilos) de peso y en 5 años habrá aumentado 50 libras (22.7 kilos). Aquí ni siquiera he entrado en las cervezas (aprox. 100 calorías cada una) que Pedro se bebe con sus amigos, José Pipa y Ramón "Moncho" Gras. De hecho, si buscamos una foto de Pedro Panza de hace cinco años nos sorprenderemos de lo flaco que se veía. Aparte de que la gordura lo hace ver mayor de su edad (35 años).

Pedro se mira al espejo, panza por fuera, y se pregunta qué le ha sucedido y cómo puede perder ese peso. Él no usa azúcar en el café (eso cree, más en otro artículo) y toma gaseosas de dieta. El resto de la familia ya no cabe en la foto tradicional de Navidad a menos que la cámara tenga la función de panorama.

Seguiremos esporádicamente a la familia Panza en su lucha titánica por perder peso para aprender nosotros en el proceso cómo podemos salir, los que estemos, de ese inaceptable y bochornoso 65% de la población en sobrepeso. Por supuesto, tendremos presente que hay gente a la que, por razones fisiológicas y genéticas, se le hará prácticamente rebajar. Esos deben aceptarse como son y no lacerarse más el alma.

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